El faro literario entrevista a Elisa Cotarelo, autora de El peligro de llamarse Nerea

Recordemos que El peligro de llamarse Nerea fue reseñada en este blog, y quien lo desee puede leer o releer la reseña en el siguiente enlace:

Su genial autora, Elisa Cotarelo, ha tenido la gentileza de dedicarnos parte de su tiempo para responder una entrevista. ¡Muchas gracias, Elisa!

P.: Elisa, muchas gracias por hablar con nosotros y dedicarnos un ratito de tu tiempo. A mí, personalmente, me hace mucha ilusión realizar esta entrevista y compartirla en nuestro Faro porque disfruté muchísimo de tu novela, y aún disfruto de ella cada vez que vuelvo a sus páginas. Ante todo, ¿¿podrías contarnos algo sobre ti misma? ¿Cómo te definirías?

Yo soy asturiana de nacimiento y gallega de adopción, pues llevo muchos años viviendo en Galicia. Y me defino como una persona sencilla que disfruta mucho de las cosas pequeñas de la vida, esas que llamamos pequeñas porque no nos cuestan dinero, tales como un paseo a la orilla del mar, una conversación con amigos, y cosas por el estilo. Soy una mujer familiar que disfruta también de la familia y mi vida en general transcurre como la de la mayoría de las personas.

P.: ¿Cómo se desarrolló tu carrera literaria?

Yo empecé a escribir desde muy pequeña, cuando era niña, aunque eran unos escritos muy escuetos, de apenas uno o dos folios, que normalmente iban a parar a la papelera o a un cajón. Pero en el año 2010 comencé a escribir “El peligro de llamarse Nerea” y la verdad es que fue una bonita experiencia, dura pero bonita. Y digo dura porque yo estaba muy insegura y necesité dar muchos repasos a la novela antes de decidirme a autopublicarla. Y en cada repaso le encontraba defectos y nunca terminaba, hasta que un día dije que era suficiente y la di por terminada. Después escribí otras tres novelas, también de suspense. Son “Ama de casa sale de compras”, “Las garras del tiempo” y “La casa de invierno”

P.: ¿Cómo influye tu formación como policía a la hora de escribir? No me refiero sólo a lo obvio, como la construcción de la investigación, la narración de los procedimientos y el empleo de vocabulario policial. Estoy pensando sobre todo en tu visión del mundo, del crimen, de la inocencia robada, del delito informático…

Mis novelas recibieron mucha influencia de mi trabajo, por supuesto. Disponía de los conocimientos necesarios y he decidido aplicarlos a mis novelas porque creo que es necesario  alertar a la gente de los peligros que corremos y de los que muchas veces no somos conscientes porque creemos que todas las personas son buenas y bienitencionadas, y lamentablemente no es así. Quizá yo lo vea más claro porque durante años, cada día, ocho horas diarias, el delito y el crimen formaron parte de mi vida, era mi trabajo, es a lo que se dedica la policía; pero la realidad es que esos sucesos ocurren cada día, en todas las ciudades, sin excepción.

Y los niños y adolescentes hoy en día están muy expuestos a los delitos a través de la red, porque empiezan muy jóvenes a navegar por internet, solos, sin supervisión de los padres, generalmente. Son presas fáciles dada su inocencia y su falta de experiencia vital. Por eso escribí “El peligro de llamarse Nerea”, para alertar a los padres sobre los peligros que corren sus hijos ante el ordenador, que no debemos pensar que aunque físicamente se encuentren en el salón de casa o en su dormitorio, aparentemente a salvo, eso no significa que realmente se estén libres de ser atacados por los depredadores que se mueven por la red.

P.: ¿Cómo surge Nerea como personaje?

Surgió cuando yo trabajaba en el Grupo de Delitos Informáticos, donde pude comprobar que a medida que Internet se iba expandiendo y haciéndose cada vez más popular, también se iban multiplicando los delitos con él relacionados. Y que iban creciendo también los ataques a las personas: acoso, insultos, chantajes, y demás. De esta forma fue germinando en mi la idea de escribir una novela en la que la trama girara entorno al peligro que puede acarrear internet si no se usa con preacaución, y si se aportan más datos de los debidos a personas desconocidas. De ahí surge Nerea, la víctima de esta novela, una adolescente cuya vida se ve truncada, y que será la encargada de alertar de los peligros para evitar que vuelvan a repetirse, o por lo menos tratar de minimizar riesgos.

P.: Tu novela presenta personajes absolutamente creíbles, con los que el lector no puede evitar sentirse cercano. La empatía que generan es una de las tantas cosas que hacen de este libro una obra inolvidable. ¿Podrías comentarnos cómo abordaste la construcción de estos personajes?

A mi me gustan las novelas en las que los personajes son casi reales, que son como la gente común, como todos nosotros, por eso creo personajes que hagan sentir que lo sucedido en la novela podría ocurrirle a cualquiera de las personas que conozco o incluso a mi misma. Creo que es la mejor forma que de las personas que leen la novela se sientan parte de la historia y que se imaginen viviéndola en primera persona.

P.: Es difícil comprender las acciones de los “malos”. Sin embargo, el personaje que comete el crimen de Nerea tiene detrás una historia que de alguna manera explica su proceder. ¿Qué podrías comentarnos al respecto?

Que todas las personas obran movidas por sus convicciones y por sus experiencias pasadas. También por sus sentimientos de cada momento. Es un conglomerado de emociones que se juntan y forman un coctel explosivo, en ocasiones tan explosivo que se requiere una gran fuerza de voluntad para mantener la calma en medio de tal tempestad. Pero esto en ningún modo debe justificar actos tan macabros como el que tiene lugar en las páginas de esta novela, porque en esta novela hay un ingrediente principal, predominante, que es la maldad, y cuando ese ingrediente hace acto de presencia, aunque sea en pequeñas dosis, el resultado final siempre será macabro.

P.: Es interesante observar el contraste de temperamentos y actitudes entre ciertos personajes femeninos y sus parejas masculinas: Rosa y Fran, para empezar, pero también los padres de Fran, e incluso Marta y sus eventuales parejas… ¿Hay algo que puedas comentarnos en este sentido?

Yo creo que los polos opuestos se atraen, y por eso entre los personajes de mis libros incluyo contrastes entre las parejas porque, de lo contrario, si ambos opinaran lo mismo y estuvieran de acuerdo en todo, sería muy aburrida esa pareja, y también sería muy aburrida la novela, ya que no ocurriría nada nunca, muchos diálogos no serían necesarios y los lectores también acabarían aburridos. Quizá por eso las parejas de mis novelas están compuestas por dos personas que obran y opinan muy diferente la una de la otra.

P.: La ciudad en que se desarrolla la acción es casi un personaje más, porque su clima, su gente y hasta sus decorados acompañan magistralmente todos los giros de la historia. ¿Qué te motivó a elegir Oviedo como escenario para tu novela?

El motivo fue porque Oviedo es una ciudad que yo conozco muy bien y en la que he vivido durante un tiempo, allí me trasladé cuando a los 20 años de edad me independicé de mis padres, y allí tuve mi primer trabajo. Es una ciudad que me evoca recuerdos muy bonitos.

P.: ¿Hubo algún desafío particular al escribir El Peligro de llamarse Nerea? ¿Cómo lo superaste?

El desafío principal fue que era la primera novela que escribía. Había escrito antes algunos cuentos, pero eran muy cortos y no habían sido publicados, no habían salido del cajón de mi escritorio. Pero cuando escribí “El peligro de llamarse Nerea”, desde un principio ya sabía que la pondría a la disposición del público que quisiera leerla, y sentía mucha ansiedad pensando si la novela estaría a la altura de la exigencia de los lectores, si pasaría el examen. Me llevó tres años escribirla y creo que fue porque le di demasiadas vueltas, rectificaciones y correcciones. Y superé todos estos miedos obligando a amigos y familiares a leerla y darme su opinión. Pobres…

P.: ¿Qué esperas que los lectores se lleven consigo después de leer tu novela?

Espero que estos personajes tan realistas sirvan para que la gente asimile que lo que ocurre en la novela puede perfectamente llegar a ocurrir también  en la realidad. Y por eso me gustaría que controlen la actividad que sus hijos menores de edad llevan a cabo en internet, para evitar que sucesos de estoe tipo traspasen lo ficticio y se instalen en la realidad. Si la lectura de este libro sirve para prevenir un solo caso, ya me doy por satisfecha, ya habrá merecido la pena haber empleado tres años en escribirla.

P.: Pasó mucho tiempo desde la publicación de El peligro de llamarse Nerea. ¿Cómo ves hoy día el panorama de la juventud y las redes sociales, y del uso de Internet en general? ¿Crees que han cambiado en algo las cosas? Y en ese caso, ¿cambió en algo la manera de tratar estas cuestiones desde los procedimientos policiales, marcos legales y demás instancias?

Yo creo que no ha cambiado nada, no al menos a mejor, sino que probablemente haya empeorado. Los niños disponen de teléfonos móviles cada vez a más temprana edad, y por ende de acceso a redes sociales, con todos los peligros que ello conlleva y de los que aquí hemos hablado.

P.: ¿Cómo es tu proceso de escritura en general? ¿Hay alguna técnica o ritual que sigas al escribir?

Me gusta escribir en horas de mañana, a partir de las diez y hasta la hora de comer son para mi las mejores horas. Eso en cuanto al horario. En cuanto al desarrollo, suelo hace primero un “esqueleto” de lo que va a ser la novela, y después lo voy “rellenando” de contenido. Supongo que en este aspecto, cada autor tendrá sus manías y su manera de desarrollar la historia. Y la mia es esta.

P.: ¿Reconoces sobre lo que escribes la influencia literaria de otros autores?

Siempre hay influencia literaria de otros autores. Yo soy una ávida lectora, y siempre voy pillando de aquí y de allá. Frases que me gustan y se me quedan grabadas, y después las utilizo. Características de algún personaque que me llamaron especialmente la atención y que después empleo para alguno de los míos. Siempre se copia de unos y de otros, consciente o inconscientemente.

P.: ¿Cuál sería tu palabra a los jóvenes de hoy en cuanto al uso de Internet?

Que tengan mucho cuidado, que no confíen en nadie en  la red, que hay muchas trampas y que verifiquen y comprueben antes de dar un paso adelante en cualquier tema en la red, tanto sea para contactar con otras personas, como para alquileres, compras y demás. Sólo usar páginas seguras y no aportar datos personales. Y tampoco subir fotografías que puedan de algún modo indicar donde vives exactamente. Toda protección es poca porque nunca sabemos quien puede ver esa información ni el uso que pueda hacer de ella.

P.: En un contexto en el que abundan las autopublicaciones, ¿cómo ves el panorama literario, sobre todo para los nuevos autores?

Para los nuevos autores actualmente no veo más salida que la autopublicación, y esto es muy lamentable; pero hay que tener en cuenta que en una novela lo que más vende es el nombre del autor. Los autores famosos ya cuentan con editoriales que invierten mucho dinero en dar a conocer sus novelas, y esas novelas llegan a todas la librerías del país, sino del mundo en el caso de los más famosos. En cambio, el autor novel y desconocido no cuenta con esos medios y sólo le queda autopublicarse en librerías de internet, como Amazón, y allí competirá también con los autores conocidos, que también publican allí. Así que es muy difícil que alguien compre la novela de un autor desconocido cuando hay tantos libros disponibles de autores conocidos. E incluso muchos libros gratis disponibles para descargar. Es muy lamentable, pero así es.

P.: ¿Cómo ha sido la recepción de tus obras durante todos estos años?

He escrito cuatro novelas durante estos años, y la verdad es que la que más ha vendido ha sido esta, que llegó a diez mil ejemplares y tiene muy buenos comentarios en Amazon, donde la tengo a la venta. De todas formas, es muy difícil para un autor autopublicado llegar al público en general. No estamos en librerías, carecemos de publicidad y también de medios porque publicar un libro cuesta dinero: maquetación, diseño de portada, etc. Y todos estos gastos corren de nuestra cuenta, y no disponemos del dinero que las grandes editoriales dedican a las novelas que publican. Y la portada en muy importante, es el primer contacto que el lector tiene con el libro, y de hecho alguna gente compra las novelas si les atrae la portada. Los autores autopublicados lo tenemos muy difícil para vender y, aún así, El peligro de llamarse Nerea ha vendido mucho, dadas las circunstancias obviamente.

P.: ¿Algún proyecto en el que estés trabajando y del que quieras hablarnos?

Actualmente no estoy trabajando en ninguna otra novela, debido a que asuntos personales requieren mi atención. Mi madre está en un proceso final de demencia senil y paso mucho tiempo con ella, casi todo el tiempo libre.

P.: ¿Algo que quieras agregar?

No, nada más, muchas gracias por tu atención y por tu interés en mi novela y en mi persona.

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